Cada 30 de septiembre celebramos el Día Mundial del Limón, una fecha para honrar a este cítrico que ha conquistado cocinas y paladares de todo el mundo con su característico aroma y sabor. El limón no solo es conocido por su versatilidad culinaria, sino también por sus múltiples beneficios para la salud y su capacidad para transformar cualquier plato en una experiencia sensorial única.
Para conmemorar este día, nada mejor que disfrutar de un clásico que resalta la esencia del limón: La Granizada. Esta bebida refrescante, elaborada con los ingredientes más simples —limones frescos, agua y un toque de azúcar—, es el tributo perfecto a una fruta que simboliza la frescura en su máxima expresión.
La Granizada, con su textura helada y sabor vibrante, nos transporta a momentos de verano, tardes soleadas y reuniones en familia. Un sorbo nos envuelve con su frescura y nos hace recordar que las cosas más sencillas, a menudo, son las que más disfrutan. Además, el proceso de preparación de esta granizada es un ritual en sí mismo: desde exprimir los jugosos limones hasta raspar con paciencia el hielo que se va formando, cada paso nos conecta más con el espíritu de esta festividad.
Pero más allá del placer de saborear una buena granizada, celebrar el Día Mundial del Limón es también una oportunidad para reflexionar sobre el valor de este fruto en nuestra vida cotidiana. Desde su uso en la gastronomía hasta sus propiedades medicinales y su papel en la limpieza del hogar, el limón es un verdadero aliado que nos acompaña en múltiples facetas. Su alto contenido en vitamina C, su capacidad para realzar sabores y su poder antioxidante son solo algunas de las razones por las que deberíamos agradecer su presencia.
En este día especial, te invitamos a disfrutar de una granizada de limón como símbolo de gratitud a este cítrico, que con su sencillez y encanto ha conquistado el corazón de muchas culturas. Celebremos juntos el Día Mundial del Limón, refrescando cuerpo y mente con la esencia pura de esta maravillosa fruta.
Receta: Granizada
RECETA COMPARTIDA POR:
Lavar, secar y rallar la cáscara de los limones.
Exprimir el zumo.
Medir el zumo y el agua.
Mezclar el agua, el zumo, la pulpa y la ralladura de los limones. Refrigerar durante tres días.
Pasado el tiempo de maceración colar muy bien la mezcla, no puede quedar ningún resto de ralladura ni pulpa.
Añadir el azúcar, disolver removiendo con una espátula.
Congelar.
Sacar del congelador y triturar. Volver a congelar. Repetir esta operación tres veces para que quede con la textura adecuada.
Ingredientes
Instrucciones
Lavar, secar y rallar la cáscara de los limones.
Exprimir el zumo.
Medir el zumo y el agua.
Mezclar el agua, el zumo, la pulpa y la ralladura de los limones. Refrigerar durante tres días.
Pasado el tiempo de maceración colar muy bien la mezcla, no puede quedar ningún resto de ralladura ni pulpa.
Añadir el azúcar, disolver removiendo con una espátula.
Congelar.
Sacar del congelador y triturar. Volver a congelar. Repetir esta operación tres veces para que quede con la textura adecuada.
Esta receta la ha compartido con Cookiness, Francisca Gonzalo (de Moraleja).
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